domingo, 24 de setembro de 2006

Un 28% de portugueses, dispuesto a unirse a España

Según una encuesta publicada por el nuevo semanario portugués, Sol, una gran minoría de portugueses desearía de vivir en un Estado común con los españoles. La edición impresa del semanario puede ser consultada a partir del lunes 25 en www.sol.pt. Por carecer de esta edición digital y por su gran interés, citamos a continuación un análisis de dicha noticia de Sol, que apareció ayer en el Diario español El País.
MIGUEL MORA - Lisboa. EL PAÍS - Internacional - 23-09-2006.- A sólo dos días de la visita a España del presidente de la República portuguesa, Aníbal Cavaco Silva, que realizará su primer viaje de Estado entre el lunes y el jueves, el nuevo semanario lisboeta Sol promete atizar un poco más una polémica eterna en Portugal con una encuesta que determina que un 28% de los portugueses estaría dispuesto "a formar un solo país con España.

Aunque el 70% preferiría no hacerlo, y un 2% no sabe no contesta, los motivos de este repentino ataque de amor por el vecino parecen claramente económicos: un 97% responde que sí cuando les preguntan si Portugal se desarrollaría más si se uniera a España. Los portugueses, además, confían en que serían tratados con equidad: en el remotísimo supuesto de que ambos países se convirtieran en uno solo, el 68% cree que los portugueses recibirían un trato de igualdad, mientras un 24% cree que serían discriminados.
La encuesta de Sol, que dirige José Antonio Saraiva, ex responsable del histórico Expresso, con quien compite por los lectores de los sábados, va más lejos en su intento de pulsar las simpatías que despierta el iberismo. La encuesta pregunta cuál debería ser la capital de ese hipotético Estado, y el 42% elige Madrid mientras el 41% opta por Lisboa.

Puestos a elegir la organización política, el sueño-pesadilla de Felipe II (que en 1580 unió a los dos reinos bajo una sola corona tras la muerte sin descendencia del rey portugués don Sebastián, su primo) pierde de largo frente al modelo republicano: un 24% se decanta por la Monarquía, un 64% por la República. Aunque los monárquicos son además borbónicos (un 53% aceptaría al rey Juan Carlos, un 21% se opondría).

El estudio, realizado por la empresa Intercampus, se hizo sobre una muestra de 1.000 personas del territorio nacional los pasados días 1 y 2 de septiembre. Los datos resultan quizá sorprendentes para los que recuerden la vieja frase portuguesa que dice: "De España, ni buenos vientos ni buenos casamientos". Portugal se convirtió en un reino autónomo en 1143, tres siglos antes que España, pero los continuos conflictos con Castilla, la rivalidad entre los dos Imperios, las guerras recurrentes y la decadencia de los 60 años vividos bajo los Gobiernos de los Felipes (II, III y IV) alimentaron el sentimiento antiespañol.

"Yo creo que algo de recelo sigue existiendo", dice el director del Sol, José Antonio Saraiva, que hoy sacará a la calle una tirada récord de 210.000 ejemplares con la encuesta como plato fuerte. "Pero la posición romántica ya no llega: ahora manda el progreso y sentimos envidia del éxito económico español. La velocidad española contrasta con la lentitud de nuestra recuperación económica, y la gente tiene ganas de coger el tren de Madrid".

"Otros, como el poeta extremeño Ángel Campos, profesor en Lisboa y gran amante de la cultura portuguesa, opinan que la encuesta tiene que ser falsa: "Quizá ese 28% espera el regreso de don Sebastián, pero España no es don Sebastián".

1 comentário:

Anónimo disse...

O tema parece-me completamente utópico embora recorrente.
A grave (e interminável) crise económica, a falta de soluções por parte do governo, o excesso de impostos e o baixo nivel de vida, mas em especial o facto de haver uma extensa linha de fronteira onde as realidades de ambos os países são diáriamente confrontadas, são causa fundamental de que os portugueses desejem ver Portugal alcançar o nível actual de Espanha.
Ainda assim, eu seria um dos que responderia "SIM" a essa hipotética união, pelos motivos que atrás referi, mas também por laços de sangue uma vez que o meu pai era espanhol residente em Portugal.